La amalgama es un material de uso odontológico que está compuesto por una aleación de metales (plata, cobre, estaño y mercurio), este material fue durante mucho tiempo el de elección para el tratamiento de la caries dental, sobre todo por el sistema salud público por ser efectivo, económico y duradero. Desde hace aproximadamente 5 años se ha reducido considerablemente su aplicación tanto en el ámbito público y como en el privado debido a, por un lado, la participación de Colombia junto con 17 países más en el Convenio de Minamata que busca reducir el uso del mercurio por motivos principalmente ambientales y de salud pública y, por el otro, a los avances en la odontología adhesiva que nos han permitido disponer en la actualidad de materiales como la resina compuesta y sus adhesivos que permiten realizar restauraciones dentales de manera estética, segura y duradera.
Es importante aclarar que las amalgamas que ya se encuentran en boca de los pacientes no son peligrosas, a pesar de que exista la creencia de que deben cambiar por motivos de salud, al menos desde el punto de vista odontológico, solo hay 3 razones principales para cambiarlas:
1. Si se encuentran des-adaptadas, fracturadas o tienen carias alrededor.
2. Si el diente que tiene una restauración con amalgama presenta alguno de estos síntomas: dolor espontáneo o al consumir alimentos frio o calientes, molestia al masticar, alteración en la mucosa alrededor o signos como: perdida de sensibilidad al frio, radiográficamente zonas radiolúcidas compatibles con caries cercana a la pulpa o alrededor de la raíz dental. En este caso será necesario realizar algún tratamiento endodóntico (tratamiento de conductos, recubrimiento pulpar directo o indirecto) y posteriormente reconstruir el diente con un material de tipo adhesivo que pude ser una resina directa, incrustación o corona, dependiendo de la extensión de la cavidad.
3. Por motivos estéticos: si al sonreír el paciente alcanza a mostrar los dientes restaurados con amalgama y esto genera inseguridad o incomodidad.
Por otra parte, hay una razón primordial para no realizar el cambio de una amalgama y es cuando ésta sea demasiado extensa y profunda pero completamente adaptada, funcional y asintomática, si se decide cambiar, en el proceso podría fracturarse el diente, generar sensibilidad e incluso terminar en un tratamiento más complejo e invasivo.
Por eso es importante que la decisión de cambiar las amalgamas sea tomada junto con la orientación de un odontólogo responsable y capacitado.
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